Los que me leéis ya sabéis que no soy muy dada al consumismo
desenfrenado, y que por ejemplo es raro que escriba sobre hauls y cosas así.
Normalmente voy comprando según necesitando, a medida que termino productos,
pero tengo que reconocer que a veces veo algo que me “hace ojitos” y al final
termino cayendo en la compra compulsiva.
Esto es lo que me ha pasado con el nuevo lanzamiento de Lancôme,
el Juicy Shaker. ¿En qué consiste? Es un gloss con algunas particularidades.
La primera cosa que llama la atención, como podéis ver en la
foto es que entra por los ojos gracias a su forma de cocktelera. El concepto de
este producto es que antes de utilizarlo se debe agitar para mezclar los
pigmentos de color con la base de aceites que utiliza para hidratar y mantener
los labios.
El segundo punto llamativo es el aroma. Cada tono tiene
asociado un olor; en mi caso era de frutos rojos pero se puede encontrar toda
la macedonia, desde el mango al limón pasando por el melocotón o el melón.
Finalmente, me terminó de convencer que a pesar de dejar los
labios muy brillantes, no es nada pegajoso. Tengo un odio personal contra los
gloss que son pegajosos, así que este fue el punto que me terminó de convencer.
A la hora de utilizarlo, el aplicador tiene forma de
esponjita, bastante grande, y terminada en punta que se impregna con el
producto y se aplica sobre los labios a toquecitos. Además de dejar el tono
brillante tiene un efecto de tinte de
labios. No es como un labial, pero sí que realza el tono natural del labio.
Aunque a lo largo del día el brillo va desapareciendo, el
color aguanta bastante bien el trote, incluso después de comer o beber.
Obviamente, no es un producto que pretenda ser de larga duración o permanente,
pero aun así estoy muy contenta con la duración.
Lo cierto es que cuando lo vi al principio me gustó el
concepto, los tonos y el olor pero el precio me pareció exagerado, ya que su
PVP es de 22€. Y a ver, está bien pero la verdad no creo que cueste eso.
Pero
buscando un poco se puede encontrar más barato en perfumerías como Primor,
dónde cuesta sobre los 15€. No es un precio regalado, pero lo encuentro mucho
más ajustado y para darme un capricho de este tipo me duele menos pagarlo.
La verdad es que creo que voy a darle mucho uso en estos
meses que vienen, que cuando va llegando el calor apetecen fórmulas más ligeras
y el efecto de brillo queda muy bonito para llevar sin necesidad de ir
maquillada al completo.